sábado, 10 de septiembre de 2011

Los aires dificiles

Con agosto no solo se van los días de playa, se van los niños y sus bicis, los amores de verano,  las canciones que suenan a arena y los recuerdos que huelen a salitre, se aleja una estación de esperanzas y se acerca una llena de despedidas.  Ahora, en el inoportuno septiembre, además de despedirnos de todo cuanto nos recuerda a la libertad del verano, también tenemos que hacerlo de personas que, como el avatar de un videojuego, cambian el rumbo para buscar suerte lejos de los otros avatares  fijos, expuestos a cambiar su condición en el próximo septiembre, cuando sean ellos los que abandonen lo conocido para adentrarse en lo ajeno.  A los desertores, les cuesta desertar y a los estacionados les cuesta imaginar su ya rutinaria vida sin los desertores.

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