Es curioso como entre estas cuatro paredes se pueden concentrar los últimos años de la vida de todos. Algunos de los que estamos aquí nos conocemos desde que tenemos memoria, otros aparecieron más tarde, pero lo importante es que juntos hemos formado un gran álbum de recuerdos que muy pocos de nosotros llegaran a olvidar, nos hemos convertido en los protagonistas de un pequeño cuento en el que predominan las grandes alegrías sobre cualquier pequeña tragedia.
Aquí he encontrado a personas
que, pese al tiempo o la distancia, siempre van a estar en mí. El año que
viene muchos pondrán rumbo a otros lugares pero esto no es más que una
despedida a medias, ya que algunos seguiremos aquí por dos años más. Por eso estas
palabras es para todos y cada uno de ustedes: Para los que
se van, para los que se quedan, para los que vinieron a mediados y para los que
siempre han estado. Hoy sé que nunca me he sentido tan orgullosa de algo como
de lo vivido estos años y creo que muchos se sentirán identificados con el
hecho de haber tenido relaciones que, aunque hayan nacido en esta etapa,
recordarán toda su vida. A los que se van, quiero que sepan que nunca, nunca
les olvidaré, porque es imposible. Que gracias por todo lo vivido y lo que
nos queda por vivir. Y a los que se quedan, que sólo espero que los dos años
siguientes, sean dos años que merezcan la pena recordarlos.
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