
Todas las pequeñas cosas de la vida están en continúo cambio; transformándose, fusionándose metamorfoseándose, enriqueciéndose o empobreciéndose, y sobre todo, muriendo para dejar paso a otras nuevas. Lo extraño es que pretendamos no cambiar, que prefiramos una sola realidad inmóvil , que nos aferremos a viejos recuerdos en vez de generar otros nuevos, que nos empeñemos en creer que, a pesar de las mil teorías científicas, todo en la vida es permanente. El cambio es constante; nacemos incompletos, necesitamos crecer y cambiar, pero enfurecemos cuando alguien lo hace, le exigimos que vuelva a su antigua personalidad porque necesitamos al ser que era antes. Nos duele enfrentarnos a que ese cambio se convierta en un pérdida y pensamos en cuantas amistades y relaciones se han roto porque uno ya no es lo que era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario